martes, 13 de diciembre de 2011

Los (sinvergüenzas de los) políticos

Los (sinvergüenzas de los) políticos.

Mientras ojeaba el periódico en su sección económica, leía una noticia que me dejaba perplejo: se trata de un grupo de 117 exdiputados socialistas y conservadores griegos que han reclamado cientos de millones de euros en indemnizaciones y una subida retroactiva de pensiones.
Según uno de los principales diarios del país, los exdiputados consideran que se ha violado una ley aprobada en 2008, que equipara los salarios de los parlamentarios a los de los puestos más altos del sistema judicial. Pero la cosa va a más; no sólo exigen el pago retroactivo de la diferencia de sus pensiones, sino que reclaman una compensación por “el daño moral causado” por no  haber actualizado sus pensiones. Y todo ello con la grave situación que vive Grecia en donde se está incluso barajando la posibilidad de reducir el salario mínimo por debajo de los 700 Euros, mientras que el sueldo de un diputado es de unos 5.600 Euros mensuales. ¡Es indecente!
Pero no sólo es eso, sino que algunos de los exdiputados que han recurrido a los tribunales para recibir indemnizaciones son investigados por supuesta implicación en escándalos de corrupción. Por ejemplo, dos de ellos, están acusados de haber recibido sobornos de la multinacional alemana Siemens a cambio de favorecerla en las licitaciones de contratos del Estado.
Realmente después de leer la noticia con detenimiento y saliendo de mi perplejidad, tenía la radio de fondo mientras oía que un grupo de exparlamentarios de la Comunidad de Madrid, ¡también están reclamando dinero de la Asamblea de Madrid y algunos también en medio de escándalos de corrupción!
Es decir, que los políticos a parte de no ser competentes en sus funciones y que del ejercicio de las mismas sólo se deriven en problemas para los ciudadanos; ¡encima se les permite reclamar indemnizaciones millonarias y aun cuando están en medio de procesos jurídicos en donde se les acusa de ser poco menos que delincuentes! Pero lo más triste de todo esto, es que encima tienen una legislación que les ampara… Y por supuesto dicha legislación ha sido aprobada por los políticos de cada país; perdón, por los SINVERGÜENZAS  de los políticos de cada país.

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