domingo, 13 de noviembre de 2011

Tercera lectura

Resumen de la tercera lectura: “Manual de economía política” de G. Longo.      
            Se podría decir, que el conocimiento siempre se inicia a partir de los hechos, a partir de la observación de los mismos. Pero aún así, cualquier observación es ya en sí misma un principio de análisis, pues lleva consigo una selección, comparaciones, deducciones, etc. Se trata realmente de sacar un sentido al hecho.
            La primera tarea de la investigación consiste en observar los hechos, en seleccionar los más significativos, en descubrir las relaciones que los unen entre sí y en evidenciar, en cada hecho concreto los aspectos más sustanciales o significativos. Pero una vez hecho todo esto es necesario avanzar más, y encajar esos resultados obtenidos a través de la observación en un esquema coherente.
            La segunda etapa del trabajo científico consiste en formular una hipótesis que explique el conjunto de los hechos de forma lógica y coherente. En esta etapa es fundamental poseer una cualidad esencial, siendo dicha cualidad la de una fantasía creadora. En ese sentido, se trata de la capacidad del pensamiento para crear mentalmente imágenes subjetivas distintas de aquellas observadas en la realidad, es decir, de aquellas que se desprenden de la percepción objetiva de la realidad a través de los sentidos –precisamente es una propiedad característica del pensamiento humano-. La realidad por tanto, así adquiere esa capacidad de conocerla y modificarla. Conocerla porque la fantasía, al permitir la creación mental de toda una serie de imágenes y representaciones, basadas en la observación de la realidad, pero que no vienen dadas por la realidad misma, permite formular las hipótesis que más tarde se comprobarán de acuerdo con los hechos. Y modificarla porque la fantasía permite al hombre crear mentalmente la imagen de aquello que no es, pero que él pretende alcanzar o realizar.
            La tercera etapa  del trabajo científico consiste en comprobar rigurosamente que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad de los hechos, para lo cual será preciso volverlos a observar, ampliando sí es necesario el campo de observación a nuevos fenómenos, así como en profundizar el análisis de los hechos ya conocidos, controlando de todas las formas posibles el grado en que las conclusiones del investigador se ven justificadas y buscando siempre nuevos hechos capaces de confirmar las hipótesis formuladas.
            La cuarta y última etapa del trabajo científico consiste en modificar o sustituir las hipótesis anteriormente formuladas con los resultados de la comprobación realizada anteriormente.
            Schumpeter describe el contenido de este proceso cognoscitivo de la siguiente manera: el individuo en cuestión ha de empezar por identificar los fenómenos. Esta identificación es un acto cognoscitivo, pero no es parte del trabajo analítico. Lo que hace es suministrar el objeto, el material sobre el cual trabajará el análisis. El trabajo analítico mismo consiste en dos actividades diferentes, aunque inseparables. La primera es la conceptuación de los contenidos de la visión –la fijación de sus elementos en conceptos precisos-; y la segunda consiste en buscar más datos empíricos (hechos) con los que enriquecer y contrastar los hechos inicialmente percibidos. Los intentos de conceptuación estimulan la búsqueda de más hechos, y los nuevos hechos descubiertos tienen que ordenarse y conceptuarse a su vez.
            Así, se podría razonar que la elaboración teórica y la observación de los hechos se complementan mutuamente, pero no coinciden.
            Luego, los hechos siempre constituyen la base de una elaboración teórica, pero el hombre, en el momento de iniciar una investigación, y mucho antes de que se hayan esbozado los fines de la misma y su necesidad, y de que por tanto se haya iniciado la formulación teórica, posee un bagaje de conocimientos y observaciones empíricas, constituido de forma más o menos espontánea. El hecho de dedicarse a una investigación concreta presupone ya un cierto interés teórico: el plantearse un problema constituye una suposición primaria y por tanto una primera formulación teórica. También, el investigador individual utiliza las conclusiones y las elaboraciones de otros científicos como partes integrantes de su propia investigación y elaboración.
            De todas estas características peculiares del proceso de conocimiento se derivan dos importantes consecuencias de orden práctico.
1-      La condición esencial para poder utilizar los resultados de las investigaciones hechas por otros es que por nuestra parte hayamos ya iniciado, aún de forma embrionaria, una elaboración propia.
2-      No sólo las concepciones y las ideas evolucionan históricamente, sino que también lo hacen los conceptos que las expresan. Razón por la cual todo investigador debe, en cierto sentido, crear por sí mismo el aparato conceptual que necesita.
De todo lo anterior, se podría llegar a las siguientes conclusiones:
-          Toda ciencia tiene un objeto de investigación concreto.
-          Utiliza un determinado método de investigación.
-          Al aplicar un determinado método, da, en cada etapa del proceso, una visión de conjunto del sector de la realidad que constituye su campo de investigación y, en consecuencia, una determinada visión científica de la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario